Exalumnos

 Liceo Los Alcazares, Prom De Oro 1967
   

La edad dorada a nadie perdona, ya la nieve de los años ha empezado a cubrir mi cabeza, pero las fuerzas no me abandonan, si mi cuerpo se inclina, mi corazón se levanta erguido como el de un niño en la aurora de su existencia.
Las remembranzas de mi juventud afloran a mi mente y hoy los revivo al encontrar en el baúl de mis memorias, las fotos de mis compañeras con las cuales compartí muchos años de mi vida escolar en nuestro inolvidable Liceo los Alcázares.

Inicié mis estudios de prekínder en este colegio bajo la dirección de la ilustre pedagoga Cecilia Perea de Pedreros, mujer inteligente, humana con grandes virtudes cristianas y una educadora intachable.  Mis padres le confiaron mi educación y así durante 12 años viví mi época de primaria y bachillerato en este hermoso e inolvidable colegio. Llega a mi memoria los recuerdos del profesor Suarez, experto en Biología y Química, el profesor Coronado de Literatura e Historia Universal, el profesor Arias de Filosofía y letras, la profesora de francés Madame de la Garde, Francisco Perea profesor de Cálculo y Alicia Perea que nos dictaba clases de Matemáticas y muchos otros, que ya por el pasar de los años no recuerdo sus nombres pero si sus enseñanzas.

La señora Cecilia fue como una madre para cada una de nosotras, vivía pendiente de cada alumna, de su formación moral e intelectual, en este ambiente fuimos creciendo y pasaron los años hasta llegar a culminar nuestros estudios de bachillerato en el año 1967. Las enseñanzas no solo de educación intelectual sino de ética y moral me formaron para poder llegar a culminar más adelante mis estudios universitarios en la Universidad de la Sabana y posteriormente desarrollarme como profesional en tres entidades del estado como fueron La Caja Nacional de Previsión Social, El Instituto de Cultura, hoy Ministerio de la Cultura y la Procuraduría General de la Nación de donde salí pensionada.

Ya hace 15 años que resido en los Estados Unidos de América y actualmente soy retirada y con gran orgullo ciudadana también de este país.

Que placida siento hoy la vida, donde ya casi cumplo mis 50 años de formación educativa,  donde pude sembrar la semilla de lo aprendido, donde formé  un hogar precioso al lado de un maravilloso hombre con el cual  he  cruzado los caminos suaves y turbulentos de la vida y con el cual he ido envejeciendo, y al que cada mañana acaricio sus blancos cabellos y él, con sus besos desarruga los surcos de mi frente y  juntos contemplamos el Atardecer de nuestras vidas, observando la risa y la alegría de nuestros tres hijos que a la distancia se divierten, formando sus nuevos hogares y criando a mis hermosos tres nietos, bajo las directrices y preceptos del nuestro.

Así va el ocaso de nuestra edad dorada,  donde nada vale el uno sin el otro, donde el azul del atardecer, se va oscureciendo y las sombras de la noche se ven llegar, pero con la mirada en lo alto lo recibimos con el deber cumplido,  las instrucciones de nuestros padres y profesores quedaron moldeadas  en nuestra mente y fueron transmitidas a nuestros hijos y nietos, de tal forma que siempre en ellos reinen primeramente el amor a Dios, la ética, la responsabilidad, la humildad, el compañerismo , la colaboración y la bondad que fueron sembrados en mi corazón por esta valiosa e inolvidable mujer que fue nuestra rectora  y fundadora Cecilia Perea de Pedreros. Q.E.P.D.

Ya para el año que viene con gran júbilo nos disponemos a celebrar nuestras Bodas de Oro de bachilleres y espero con mucho agrado que logremos ubicar a todo nuestro grupo compuesto por 32 alumnas:


BACHILLERES 1967


Fue para mí un honor que me concedió la Rectora actual del Liceo los Alcázares  Diliana Abella Delgado, el iniciar con estas líneas de mi vida, el espacio para EXALUMNAS de la web del colegio y espero que haya motivado a muchas otras compañeras a que hagan parte de este sitio expresando sus experiencias vividas durante la época estudiantil y después de ella y con ello expresar nuestro agradecimiento a este extraordinario plantel.

Con afecto,

REBECA RENGIFO LANDINEZ